Los últimos hermanos del mundo [2]


"Lucas y Sofía, tras escapar del Rey de los Monstruos, enfrentan su mayor desafío: convencer a un dragón para salvar el mundo. Armados con imaginación y un traductor universal, se preparan para su última aventura."

Lucas y Sofía habían pasado por muchas aventuras y peligros desde que salieron de su casa en busca del refugio del Profesor. Habían conocido a la Princesa Guerrera, una niña que se defendía con una espada y un arco, y a Robi, un robot que les ayudaba con sus conocimientos y su humor. Juntos, habían logrado escapar de las garras del Rey de los Monstruos, un villano que quería dominar el mundo con su ejército de criaturas.

Pero la parte más difícil de su viaje estaba por llegar. Tenían que cruzar una montaña nevada donde vivía un dragón, el último de su especie, que custodiaba el acceso al refugio del Profesor. El dragón era una bestia enorme y poderosa, que lanzaba fuego por la boca y tenía unas garras afiladas. No le gustaban los intrusos, y menos los humanos, que según él habían causado la destrucción del mundo.

Lucas y Sofía sabían que no podían enfrentarse al dragón directamente, así que idearon un plan. Usando sus armas caseras, sus libros favoritos y su ingenio, lograron esquivar al dragón y pasar por debajo de él sin que se diera cuenta. Luego, corrieron hacia la entrada del refugio, que estaba oculta bajo una roca. Allí, encontraron una puerta metálica con un lector de huellas. Lucas y Sofía pusieron sus dedos en el lector, y la puerta se abrió.

- ¡Lo logramos! -exclamó Lucas.

- ¡Sí, lo logramos! -respondió Sofía.

Entraron en el refugio, y se quedaron asombrados con lo que vieron. Era un lugar enorme y luminoso, lleno de máquinas, pantallas, libros y objetos extraños. Había plantas, animales y hasta un pequeño lago. Pero lo más sorprendente de todo era que había más personas. Unas cincuenta, de todas las edades y orígenes, que les recibieron con una ovación.

- ¡Bienvenidos, Lucas y Sofía! -dijo una voz que reconocieron al instante. Era el Profesor, el hombre que les había hablado por la radio. Era un hombre mayor, con el pelo blanco y las gafas redondas. Llevaba una bata blanca y una sonrisa amable. Se acercó a ellos y les dio un abrazo. - Me alegro tanto de que hayáis llegado. Sois los últimos hermanos del mundo, y por lo que veo, los más valientes.

- Gracias, Profesor -dijeron Lucas y Sofía, emocionados.

- Venid, os voy a presentar a los demás -dijo el Profesor, cogiéndoles de la mano. - Ellos son los supervivientes, los que han resistido al virus y a los monstruos. Son mi familia, y ahora también la vuestra.

El Profesor les presentó a todos los habitantes del refugio, que les saludaron con cariño y admiración. Les contó que eran científicos, médicos, ingenieros, profesores, artistas y aventureros, que habían dedicado sus vidas a buscar una solución al caos que reinaba en el mundo. Les mostró el laboratorio, donde trabajaban en una fórmula que podía revertir los efectos del virus y restaurar el equilibrio natural. Les dijo que estaban muy cerca de conseguirlo, y que solo necesitaban un ingrediente especial: la sangre del dragón.

- La sangre del dragón es la clave -explicó el Profesor. - Es la única sustancia que contiene la energía vital que puede curar todo lo que está sucediendo. Pero el dragón no nos la dará tan facilmente, porque nos tiene miedo y rencor. Por eso, necesitamos vuestra ayuda. Vosotros sois los únicos que podéis convencer al dragón de que somos sus amigos, y de que queremos salvar el mundo, no destruirlo.

- ¿Nosotros? -preguntaron Lucas y Sofía, sorprendidos.

- Sí, vosotros -respondió el Profesor. - Vosotros tenéis algo que nadie más tiene: el poder de la imaginación, el humor y el amor. Vosotros podéis hacer que el dragón confíe en nosotros, y que nos dé un poco su sangre.

- ¿Y cómo vamos a hacer eso? -preguntaron Lucas y Sofía, intrigados.

- Eso lo tendréis que descubrir vosotros mismos -dijo el Profesor, guiñándoles un ojo. - Pero no os preocupéis, no estaréis solos. Nosotros os vigilaremos desde cerca por si necesitais ayuda y seguro os acompañan vuestros amigos, que os han seguido hasta aquí. Os daré un aparato que os permitirá comunicaros con el dragón. Es un traductor universal, que convierte cualquier idioma en otro. Así, podréis hablar con el dragón y entender lo que os dice.

- ¡Guau, qué guay! -exclamaron Lucas y Sofía, entusiasmados.

- ¿Estáis listos para la última aventura? -preguntó el Profesor, entregándoles el traductor.

- ¡Sí, estamos listos! -respondieron Lucas y Sofía, cogiendo el traductor.

- Pues adelante, los últimos hermanos del mundo -dijo el Profesor, abriéndoles la puerta. - El destino del mundo está en vuestras manos.

Lucas y Sofía salieron del refugio, seguidos por la Princesa Guerrera, Robi y Rex. Se dirigieron hacia la montaña, donde les esperaba el dragón. No sabían qué les depararía el futuro, pero estaban seguros de una cosa: juntos, podían lograr cualquier cosa.

Continuará...